Aunque con un comienzo titubeante y un crecimiento inicial algo más lento que en los países de nuestro entorno, parece que el comercio electrónico finalmente ha cogido velocidad de crucero y el consumidor español comienza a perder el miedo a realizar sus comprar por Internet. Una de las principales barreras que tuvimos que superar en España fue el miedo a la utilización de nuevos medios de pago, especialmente de manera virtual. Nos guste o no, somos un país acostumbrado al billete y la moneda, y las tarjetas eran hace solo unos años un bien que muchos asociaban al lujo.
El auge del comercio electrónico y las restricciones al uso del dinero en efectivo están produciendo un aumento considerable de las transacciones por medios de pago digitales y la simplificación de los procesos. El primer gran jugador en este terreno fue PayPal, que de la mano de eBay logró implantar una pasarela de pago bastante universal en la que cualquier persona podía enviar o recibir un pago con una cuenta virtual asociada a una tarjeta de crédito o débito o incluso una cuenta corriente. En España nos hemos resistido al uso de las nuevas tecnologías como medios de pago y somos uno de los países con mayor uso del pago mediante envío contra-reembolso, un sistema que en mi opinión está desfasado y crea enormes problemas logísticos a nivel global debido a la gran cantidad de rechazos que se producen en las entregas.
Una de las empresas que más ha logrado empujar el comercio electrónico en España en el último año es sin duda Amazon, y esto no es fruto de la casualidad. A su inmenso catálogo y su habitual rapidez de entrega se le suma un proceso de pago extremadamente sencillo y rápido con la garantía de seguridad que ofrece el gigante Norteamericano. Pues bien, Amazon es consciente de que el negocio de PayPal es inmenso y se ha decidido a meterle mano de manera directa lanzando Amazon Payments. Amazon Payments permite a cualquier web ofrecer el pago de los productos usando la cuenta de Amazon del comprador con un sistema de compra igualmente sencillo y rápido. Es más, con Amazon Payments, los clientes ya no tienen que darse de alta en la web que lo ofrezca porque la información del comprador se puede extraer directamente de Amazon por parte del comerciante. Las tarifas para los vendedores son un clon absoluto de las que ofrece PayPal, y creo que en general esto es muy beneficioso para el comercio electrónico porque seguramente derive en breve en una lucha comercial entre los dos gigantes que abarate las tarifas para los comercios online, lo que debería tener un impacto directo en los precios de las tiendas.
Pero Amazon no ha sido el único gigante que se ha lanzado a competir con PayPal en las pasarelas de pago universales. Apple, que tiene una gran experiencia en la gestión de pagos a través de su tienda de contenidos ha lanzado también Apple Pay, y lo ha hecho con el toque de innovación que suele aportar la empresa de Cupertino a sus productos: la autorización biométrica. De este modo, los usuarios de Apple Pay podrán realizar compras en las webs preparadas para recibir pagos con este sistema utilizando, si así lo desean, identificación biométrica en lugar de escribir su contraseña. De este modo, un usuario que disponga de un teléfono móvil con reconocimiento de huella dactilar o con reconocimiento basado en el análisis del ojo, podrán usar dicho reconocimiento para autorizar un pago, ya no solo presencial, sino también online.
El desafío que enfrentan los comerciantes online consiste, en mi opinión, en invertir en la adopción temprana de estas tecnologías para posicionarse mejor que la competencia. Sin embargo, ofrecer más formas de pago significa más gestión interna, más control, y mayor dispersión del ingreso, lo que podría derivar en un incremento de los costes operativos debido al incremento de las comisiones que los distintos medios de pago cobran. Desde luego, lo que empieza a estar sobrando es la compra contra-reembolso, que además de ser muy poco operativa genera muchos costes para el comerciante. La pregunta es: ¿serán capaces de eliminar el pago contra-reembolso los pequeños comerciantes y renunciar a un todavía importante segmento de compradores? Creo que a la velocidad que esto se mueve, tendremos respuesta antes de que acabe el año.
Vivo desconectado de las noticias. No es una forma de hablar, es una realidad. No me interesan las noticias en la televisión, mucho menos en la radio y me tengo autoimpuesta una censura para evitar leer los diarios online. Estoy harto, hastiado, de que el periodismo cutre que sufrimos me imponga lo que tengo que pensar, lo que tengo que opinar y lo que tengo que sentir. Pienso esto en ambas direcciones. Paso de los medios que se inclinan a la izquierda del mismo modo que paso de los que se inclinan a la derecha o incluso de aquellos a los que supuestamente atribuimos cierta centralidad.
Es un hecho constatado que quienes escriben las noticias son humanos y que la mayoría de los humanos sentimos y expresamos en nuestra opinión aquello que nos nace dentro. No creo que sea posible abstraerse de la realidad. No creo que haya árbitros a los que les de igual que gane un equipo u otro. No creo que haya jueces imparciales y desde luego no creo que haya personas que juzguen por igual al prójimo sin detenerse en el detalle de cada uno. Es parte de la naturaleza humana nos guste o no. Se llama afinidad.
Mi única fuente de información social, que es Facebook, me hace intuir por lo que veo a diario que mis amigos cibernéticos publican, que se intensifican los esfuerzos de algunos por lograr la independencia de Cataluña del resto de España o de la Unión Europea -no lo tengo claro. En realidad da igual si es de una cosa, de la otra o de las dos. Lo que más me llama la atención es lo proclive que aparentemente somos a publicar en nuestro muro una proclama y acto seguido decir justo lo contrario.
No soy para nada separatista y mucho menos unionista. En realidad, me importa un bledo si políticamente hablando Cataluña es parte de España o no. De unos años para acá soy bastante básico en ese sentido. Si mis hijos son felices y crecen sanos, la titularidad nacional de Cataluña me la trae absolutamente al pairo. Lógicamente, la del País Vasco, Galicia, Murcia o cualquier otra región también. Me da igual como se llame el Papa, quién gobierne en Venezuela o si hay inestabilidad política en Sudán. Mi egoísmo supera mi curiosidad con creces. Quiero lo mejor para mi familia y poco más. Y si en Rusia sube el crudo, pues yo como boquerones, y si baja también.
Creo que el hecho de que Cataluña se independice o no difícilmente va a influir en las notas de mis hijos, mucho menos en su desarrollo emocional y definitivamente nada en sus habilidades sociales. Estoy convencido que los políticos independentistas mienten, pero no por ello creo que los unionistas se valgan solo de la verdad. En realidad, no hay verdad absoluta ni mentira total en este tema. Es una puñetera cortina de humo alimentada por los unos y por los otros. Y lo peor de todo es que todos, sin excepción, me parecen cutres, básicos e inútiles. Un gasto innecesario.
Y por lo que veo en Facebook, no es un tema aislado en el que piquen sólo los periodistas, sino que la sociedad como conjunto comete continuamente el mismo error. Por ejemplo, estoy hasta los mismísimos de ver fotitos en Facebook con proclamas del tipo «Si alguien no quiere estar en tu vida ayúdale a salir» que precisamente publican las mismas personas que se echan las manos a la cabeza cuando un grupo de personas pretenden salir de la comunidad a la que hasta ahora pertenecen. A ver, aclarémonos. ¿Queremos que los que quieren irse de nuestras vidas se vayan o no lo queremos? Porque lo que no podemos es querer una cosa y la contraria.
Si los Catalanes elijen mayoritariamente salir del estado Español y crear su propio estado, ¿Cuál es exactamente el problema? ¿Cómo afecta eso a mis hijos? ¿Cómo afecta a la calidad de la cerveza del bar? ¿Cómo afecta a la calidad de la carne en el supermercado? ¿Cómo afecta a la velocidad de Internet? ¿Tiene algún efecto sobre el precio de la gasolina? ¿Y sobre mi plan de pensiones? ¿Pondrán menos azúcar en el sushi? ¿Cambiará de logotipo El Corte Inglés? ¿Quitarán el impuesto de sucesiones en Andalucía? ¿Volveremos a la peseta? ¿Durarán más los neumáticos de mi moto? ¿Inventará alguien una llave universal que sirva para todo o tendremos que seguir llevando una llave para cada cosa? ¿Acabará por fin Gran Hermano? No creo que solucione ninguna ecuación vital.
Pero si por el contrario los Catalanes votan mayoritariamente seguir siendo parte del estado Español ¿pasará algo de lo que antes he planteado? En realidad, la única trascendencia de este proceso es la que queramos darle nosotros, como altavoces de la propaganda política. Y definitivamente, mientras nos tienen preocupados por el sexo de los ángeles en Cataluña, las eléctricas nos siguen exprimiendo, la agencia tributaria nos persigue, los helicópteros del estado sirven para recaudar en lugar de para ayudar al ciudadano que los costea, y así un largo etcétera de injusticas sociales a las que prestamos infinitamente menos atención que a un proceso que, en realidad y pese a quien le pese, tiene poca o ninguna trascendencia real en nuestra vida privada más allá del ego de algunos personajes.
Ya os vale con tanta propaganda política en las redes sociales. Me parece mucho más divertido usar las redes sociales para socializar que para politizar. Quien quiera politizar sólo tiene que encender la puñetera televisión o la radio y dejarnos al resto en paz. Independencia, o unión, lo que sea, pero volvamos a los chistes de Cabronazi y a las frases de Paulo Coelho o Steve Jobs que jamás pronunciaron. El día que dejéis de prestar atención al proceso Catalán se acabará de sopetón dicho proceso. No me cabe ninguna duda.
Esta mañana he tenido la fortuna de conocer a Don Tomás Regalado, a su encantadora esposa y a su equipo de gestión empresarial liderado por Don Julián Linares. Don Tomás es el Alcalde de la ciudad de Miami, en su segundo mandato, y artífice en gran medida del cambio que ha sufrido esta ciudad en los últimos años. Miami fue una de las primeras ciudades en EEUU que entró en crisis, lo hizo de forma increíblemente dura, y sin embargo, ha sido una de las primeras en salir de la crisis, recuperar la confianza empresarial, generar empleo y crecer a ritmos vertiginosos. Y don Tomas Regalado nos ha brindado un relato en primera persona de cómo han logrado que Miami pasase de estar arruinada y desahuciada a ser la segunda ciudad en crecimiento en EEUU, sólo por detrás de Austin.
Acompañando a Don Tomás en la sala y por parte de la delegación malagueña estaban representantes del ayuntamiento de Málaga, de la Junta de Andalucía, de la Escuela de Organización Industrial, de la Cámara de Comercio, de la Confederación de Empresarios, de Ausbanc -artífices del encuentro- y un puñado de empresarios representativos del tejido empresarial malagueño entre los que tuve la enorme suerte de poder estar. La idea -magnífica por cierto- era por un lado escuchar el relato de Don Tomás, con sus medidas anticrisis que tan buen resultado le han dado a la ciudad de Miami, y por otro lado buscar lazos de cooperación para que empresas de aquí podamos tener representación allí y viceversa.
Don Tomás me ha hecho sentir vergüenza ajena. Vergüenza de nuestra clase política. Vergüenza porque al fin y al cabo somos nosotros los que los escogemos. Y no me refiero a los de un partido o a los del otro, que me parecen iguales con distinto color, sino al tipo de gobernante que aupamos al poder en general. Y el pobre Don Tomás no ha tenido intención alguna de ridiculizar a nuestra clase política. Muy al contrario, ha estado tremendamente generoso elogiando las virtudes de nuestros gobernantes municipales. Y digo generoso porque ha debido suponer que ellos siguen medidas parecidas a las suyas para sacarnos de la crisis y combatir el desempleo, la pobreza y la penuria infantil entre otras cosas. Y mientras Don Tomás nos contaba algunas de las cosas que su equipo de gobierno había hecho en los últimos años por los ciudadanos de Miami, los políticos allí presentes, aunque ellos mismos no eran conscientes, se iban haciendo más y más pequeños, hasta ser tan insignificantes en la mesa que daban vergüenza ajena.
Don Tomás llegó a la alcaldía encontrándose un ayuntamiento endeudado y con incipientes índices de pobreza en su ciudad. Una de sus primeras medidas fue bajar los impuestos. Tomando esa medida era consciente que aumentaría el déficit a corto plazo pero su vista estaba puesta en el medio y largo plazo. De modo que pensó que lo mejor que podía hacer era quitar presión fiscal a sus ciudadanos para que estos pudieran salir adelante con más facilidad. Para luchar contra el déficit, Don Tomás comenzó a reducir los gastos. Para ello, revisó todos los contratos que tenía suscrito el ayuntamiento y animó a todos los empleados municipales a apretarse el cinturón doblemente: por un lado, ajustando salarios y exigiendo mayor productividad y por otro -no se lo pierdan- eliminando o reduciendo drásticamente las jubilaciones y bonos de los ex-políticos y ex-funcionarios de alto rango que cuando él llegó a la alcaldía se prejubilaban a los cincuenta y pocos años con sueldos anuales de 150.000 dólares. ¿Suena familiar? El caso es que al reducir los gastos logró reducir el déficit (que hoy es un creciente superávit) al tiempo que ayudaba a sus conciudadanos a salir antes de la crisis. ¿Porqué? Porque cuanto antes saliesen de la crisis antes volvería el emprendimiento y la generación de riqueza, como así ha sido.
En segundo lugar, Don Tomás puso en marcha un plan de aprovechamiento de los recursos no monetarios. De este modo, buscó parcelas, zonas, edificios y demás inmovilizado del ayuntamiento que no se estuviese usando y lo otorgó, casi a coste cero, a la iniciativa privada para que lo explotase siempre y cuando al ayuntamiento no le costase nada. ¿Porqué? Porque de este modo se pondrían en marcha iniciativas financiadas de manera privada que generarían empleo. El empleo traería riqueza y la riqueza prosperidad de la zona. De este modo, por ejemplo, convirtió barrios marginales en zonas de alta prosperidad ligadas al arte y la cultura en la que se establecieron galerías de arte, lo que produjo que se mudaran allí muchos artistas y a su vera florecieran restaurantes, supermercados, comercios de todo tipo y, en general, se generara empleo y riqueza. Al tiempo, invirtió 200 millones de dólares en crear unos estudios cinematográficos de primer nivel que ya ha alquilado la todopoderosa Viacom generando más de 500 empleos directos y un gran número de indirectos. De nuevo, más empleo, prosperidad y riqueza, al tiempo que se enfrentaba a sindicatos de bomberos, policías y funcionarios públicos para mejorar la atención al ciudadano sin aumentar los costes salariales.
En tercer lugar Don Tomás se enfrentó a los bancos. Básicamente los demandó en las cortes, y además les ganó. Les demandó porque abusaban de la ley para evitar pagar impuestos y porque abusaban del ciudadano con cláusulas de todo tipo. En esencia, les hacía en parte responsables de la situación creada con su «burbuja hipotecaria» como él mismo la ha llamado y pretendía que no se fuesen de rositas por ello. De este modo, logró incrementar los ingresos de la ciudad al tiempo que seguía reduciendo la presión económica en sus ciudadanos.
Además de esto, Don Tomás puso en marcha muchas otras medidas de entre las cuales destaco que un porcentaje del Property Tax, nuestro I.B.I., se destina expresamente para la lucha contra la pobreza infantil, la exclusión y otra serie de medidas orientadas a los niños bajo la organización The Children Trust, medida que por cierto fue votada democráticamente por los propios ciudadanos. En otras palabras, allí los ciudadanos pudieron votar para decidir que un porcentaje de sus propios impuestos municipales se dedicase íntegramente a los niños más desfavorecidos.
En resumen, para sacar a Miami de la crisis y convertirla en la segunda ciudad más próspera de Estados Unidos, con ratios de crecimiento increíbles, Don Tomás bajó los impuestos de los ciudadanos, pleiteó contra los bancos y les subió a ellos los impuestos, mejoró la función pública abaratando costes, profesionalizó la atención al ciudadano, empleó los recursos municipales para generar riqueza sin que el peso de la inversión cayese sobre las arcas municipales, eliminó pensiones vitalicias de políticos prejubilados, mejoró la atención al empresario y dedicó una importante suma de dinero, con el beneplácito de sus conciudadanos, a mejorar la vida de miles de niños cada año.
Lo que no entiendo es cómo, si allí estas medidas han dado un resultado tan espectacular, aquí no han funcionado. Ah no, espera, que aquí han hecho justo lo contrario… Vergüenza les debería dar sentarse en la misma mesa porque desde luego a mí me ha dado vergüenza ajena de verlos allí hacerse pequeñitos mientras Don Tomás hablaba.
En estos dos últimos años he vivido de cerca la producción de la película Rey Gitano desde sus orígenes y he podido comprobar como funciona la industria cinematográfica en nuestro país. He hablado con productores, productores ejecutivos, guionistas, directores e incluso algunos actores, y he conocido de primera mano lo que se cuece en este mundo. Hace unos años estuve trabajando con dos productoras norteamericanas, Spirit Studios (Nueva York) y Warp Media (Los Angeles). La segunda, capitaneada por Lucas Foster, con más de 50 producciones a sus espaldas entre las que se cuentan Marea Roja, La Máscara del Zorro, Sr. y Sra. Smith o Enemigo Público, ha recaudado más de tres mil millones de dólares. Cuando visité a Lucas en Los Angeles me quedé absolutamente deslumbrado con el trabajo de su empresa y con su forma de entender los negocios. La productora estaba situada en una gigantesca nave diáfana, en la cual se habían instalado todo tipo de tiendas de campaña militares y attrezzo bélico, y todo tenía el aspecto de un gigantesco campamento militar en medio de una guerra.
Recuerdo que me senté a hablar con Lucas Foster en unas cajas de madera como las que se usan para transportar armas que había cerca de unos sacos de arena y unas balas de paja, como si se tratase de una trinchera. Aquello me pareció increíblemente excitante, aunque debo decir que nunca me he sentido tan estúpido vistiendo de traje y corbata. Allí había tiendas de campaña militares, hospitales militares, comedores, cocinas e incluso una capilla militar portátil, y los despachos y salas se encontraban repartidos en todas estas estancias independientes de tela ancladas al suelo, siendo las zonas comunes del campamento donde se desarrollaban las reuniones de todo tipo. Algunos de los empleados iban incluso con pantalones y camisetas de camuflaje. Había algunos viejos Jeeps militares e incluso cañones repartidos aquí y allá que le daban más realismo al escenario. Salvo que aquello no era un escenario…
Algunas Películas de Warp Media
No estaban rodando una película allí dentro ni mucho menos; simplemente estaban trabajando en el desarrollo de una película del género bélico y querían a toda la empresa -decenas o incluso cientos de personas- metidas en el ambiente bélico para estar sumergidas de lleno en la producción. Me pareció un mundo apasionante y una forma de trabajar increíble y guardo un gran recuerdo de aquel trabajo y de aquella primera visita.
Cuando me hablaron de la película Rey Gitano hace unos años, y de que se trataba de un proyecto absolutamente independiente, enseguida me hizo recordar mis colaboraciones con Warp Media y por ello entré a colaborar en el proyecto casi sin pestañear. Había visto personalmente el poder del cine independiente en la meca del cine, en Los Angeles, y había visto lo que un grupo de personas podían hacer financiándose ellos mismos, sin necesidad de que el estado de California, el gobierno Federal de Estados Unidos o las televisiones nacionales le subvencionasen ni un sólo céntimo de sus aventuras. Había comprobado el potencial que tiene una empresa que invierte su propio dinero y sólo depende de si misma y de sus trabajadores para generar dinero en el mundo del cine. Pensé que Rey Gitano podía ser fácilmente un proyecto similar a los vistos en Warp Media, a otro nivel lógicamente y guardando las distancias, pero con un potencial enorme en nuestro mercado.
Lo que no sabía cuando me involucré en este proyecto es que en España, como ocurre con muchos otros sectores, el mundo del cine está putrefacto. Por medio de una ley vergonzosa, las televisiones españolas tienen la obligación de dedicar un porcentaje de sus ingresos a financiar cine Español. Lógicamente, como ellos financian las películas, imponen sus condiciones, a sus «estrellas» o sus «temas de actualidad». Las televisiones dependen de sus anunciantes para generar ingresos y de los partidos políticos para vivir en relativa paz fiscal. ¿Qué ocurre cuando llega un proyecto cuya película no quiere someterse al yugo de las televisiones, de los anunciantes o de los políticos? Pues básicamente que tiene todas las papeletas para fracasar. Los medios de comunicación financian películas y por tanto tratan de que la recaudación en taquilla de sus películas sea lo más alta posible. Para ello hacen campañas masivas de comunicación de sus productos y, por contra, cuando llega una película independiente, le dedican terribles críticas y absolutamente ninguna cobertura mediática. Esto es sin duda lo que está ocurriendo con la película Rey Gitano.
Juanma Bajo Ulloa, guionista y director de Rey Gitano, propone una comedia gamberra, independiente, en la que denuncia el estado actual de nuestra sociedad: políticos corruptos, organismos internacionales que conspiran para manejar países a su antojo, banqueros y empresarios que mueven hilos en la sombra, una monarquía en horas bajas, y en general una ciudadanía de clase media/baja que vive absolutamente indiferente a la realidad mientras que la clase alta aburguesada vive una realidad paralela a la del resto de ciudadanos. Todo ello lo baña en la realidad social de nuestro país, que es que llevamos décadas divididos en dos bandos para casi todo: los nacionalistas separatistas y los unionistas, los de la república y los del frente nacional, los del Madrid y los del Barça, y así hasta la saciedad… En España somos expertos en el bipartidismo en todos los sentidos.
Rey Gitano es una producción absolutamente independiente en la que el director ha podido rodar y editar como ha querido, y lógicamente esto se ha traducido en una comedia irreverente de proporciones épicas, en las que se ataca por igual a políticos, banqueros, empresarios, monarquía y en general a la sociedad que vive adormecida. Pero lo que los productores no han podido evitar ha sido la envidia que suscita ser independiente, ser libre para hacer y decir lo que se quiera y sobre todo ser creativo.
Obviamente respeto que haya personas a las que les guste esta película y personas a las que no les guste. Hace años que aprendí en marketing que ningún producto es universal ni le gusta a todo el mundo, ni siquiera el agua. Ahora bien, una cosa es que a alguien no le guste una película y otra muy distinta es escribir las cosas que he leído: críticas feroces que ni siquiera están de acuerdo entre ellas. Gran parte de la crítica parece coincidir en que la película es un bodrio de enorme calado, pero no parece que se pongan de acuerdo en los motivos, lo que me lleva a concluir necesariamente que lo importante era desprestigiar la película y ha dado igual escoger un motivo u otro. Unos dicen que del reparto sólo se salva María Leon. Otros dicen que su actuación es lamentable. Unos dicen que la banda sonora es lo mejor de la película y otros dicen que es infumable. Unos dicen que sólo Karra y Manquiña se salvan en el reparto y otros dicen que su interpretación es pésima y sus papeles poco creíbles. ¿Cómo es posible que todos parezcan coincidir en el mensaje pero ninguno lo haga en el motivo? Parece claro: se trata de un ataque directo a Juanma Bajo Ulloa, por criticar la industria del cine Español; un ataque a las productoras RH Cinema y Frágil, por intentar hacer cine realmente independiente, y a los actores de la cinta por trabajar en un proyecto que está fuera del circuito ayudas-dádivas-subvenciones-favores-chanchullos.
No hablamos precisamente de un reparto cutre: Karra Elejalde, Manel Manquiña, Rosa María Sardá, Charo López, Arturo Valls, María León y Albert Plá, con las colaboraciones especiales de Pilar Barden, Santiago Segura y alguno más que seguro me dejo en el tintero. En mi humilde opinión, Manuel Manquiña destaca sobre el resto, y aún así he leído a quién le acusa de ser el mismo personaje que en Airbag o en los videos de El Jueves. Debo suponer que no se han molestado en ver la película si es que llegan a esa conclusión. Del mismo modo que los que critican su banda sonora no han debido escucharla, porque dudo que haya una película Española que tenga una banda sonora de este calado. Incluso he llegado a leer que la misma canción se repite durante toda la cinta y aburre, algo que roza lo absurdo porque si de calidad y variedad se tata, la cinta está bien servida. Si no me crees, la puedes escuchar en Spotify haciendo click aquí. Si no vives en otro planeta como algunos pseudocríticos que escriben idioteces te sonarán los Pekenikes, ELO, The the, Peter Frampton o Prefab Sprout entre otros. Falta una canción, escrita originalmente para la película en el mismo tono gamberro por Tony Lomba y Elio Dos Santos, que aún no está disponible en Spotify: España, España, Bandera, Bandera, que puedes escuchar aquí si prometes no tomártela en serio como he leído a alguno también.
Rey Gitano nació para triunfar, para revitalizar la esencia del negocio del cine, para demostrar que no es necesario que todo esté subvencionado a todos los niveles para poder hacer cine de calidad con muy buenos repartos. La cinta tiene mucha calidad, si bien respeto también aquellos a los que no les gusta el montaje o el color, pero son parte de la esencia de este género cruzado entre Road Movie y Comedia Gamberra que el propio Bajo Ulloa vino a inventar hace quince años.
Ahora, lamentablemente, el mal ya está hecho y lo escrito queda aunque sea mentira, pero hemos dejado ir una gran oportunidad de quitar parte del apestante tufo putrefacto que desprende la producción del cine español en la que los españoles financian las películas con sus impuestos y después pagan otra vez por ir a ver cintas sometidas al criterio de las televisiones privadas y del propio gobierno de turno, de un lado y del otro.
Te defiendo porque no soy como tú. Te defiendo porque eres víctima de ti mismo, de tumiserable ideología y de las leyes que promulgaste, llenas de odio y de resentimiento. Te defiendo porque eres inocente hasta que se demuestre lo contrario, tú y todos los hombres del mundo, diputados socialistas yterroristas feminazis incluidas. Luego, veremos si los supuestos malos tratos son o no verdad y entonces, además del miserable que teconsidero por el dolor que has causado, serás -o no- un delincuente y acabarás -o no- en la cárcel. Tú, al menos, no vas a dormir en el calabozo cautelarmente, sin prueba ni indicio de delito de ningún tipo, como el resto de españolitos víctimas de tus deposiciones morales. Y me alegro por ello. No sabes cómo se han acordado de ti las familias de los miles de españoles a…