Un día en pesetas

Querido diario,

Hoy me he levantado y como cada día, he echado un vistazo a la cuenta del banco. Esto ya no es lo que era y ahora hay que mirar de cerca en que se nos va el dinero. Echo de menos el cigarrillo de por las mañanas, parte de mi rutina durante tantos años, pero me alegro de no tener que pagar las 775 pelas que cuesta cada paquete o las 7.500 que viene a costar un carton en el estanco. Claro que incluso podemos pensar que es barato si lo comparamos con las casi 725 pesetas que cuesta un paquete de Ducados. En fin, que me han cargado el recibo de la luz del local de la oficina que tengo cerrada y el consumo mínimo, que en mi caso no es consumo, ha ascendido a 18.143 pesetas por la tarifa que tengo contratada. Daría de baja la luz, pero ¡a ver como narices voy a levantar las persianas eléctricas si necesito entrar! También me han cargado el seguro del coche pequeño, un todoriesgo con franquicia de 50.000 pesetas, y me han cargado 74.112 pesetillas, como si nada. Y eso que nunca he dado un parte, que si no… Por lo demás, Unicaja, mi banco, me ha cobrado un par de comisiones de 250 pesetas cada una y una cuota de mantenimiento de línea de 1.000 pesetas. No tengo claro que es el mantenimiento de linea ni recuerdo cuando abrí mi cuenta en 1995 que alguien me hablara de ello, pero lo pago como los demás.

Billete de 10.000 pesetas
Billete de 10.000 pesetas

Hoy vamos de excursión a comer a un hotelito rural que nos han recomendado por la zona. Parece que tienen un menú cerrado muy apetecible y está bien de precio. Está a unos 80 kilómetros, así que es asumible ida y vuelta sólo para comer. Al salir he visto que tenía poca gasolina, así que he parado a llenar el tanque. Joder! Estaba en las últimas! Le han entrado 88 litros y la broma me ha costado 21.000 pesetas. Para colmo, mi hijo me ha pedido un paquete de cromos de la Liga y mi hija un paquete de cromos de Monster High. ¿Desde cuando los cromos vienen en retractilado de 6 paquetes y cuestan 1.000 pesetas cada paquete?

De camino al hotelito, me ha dado tiempo a llamar a la autoescuela a preguntar cuanto cuesta el trámite para sacarse el carnet A desde el A2. Resulta que cuesta 97.000 pesetas, trámites aparte, e incluye 3 horas de práctica y 3 horas de teórica. No se, lo veo un poco caro teniendo en cuenta que será ¡el tercer carnet de moto que pago! Coño, me acaba de parar la guardia civil. Que raro… llevaba puesto el limitador de velocidad. A ver que se les ocurre… «¿Cómo? ¿Que voy por la izquierda? Ya se que voy por la izquierda. La hilera de la derecha va muy despacio, por debajo del límite, y además tiene más camiones y furgonetas. ¿Que me va a multar? La verdad es que no lo entiendo, pero qué quiere que le diga, haga lo que tenga que hacer.»

Yo no acabo de entender esto. Me acaban de recetar jarabe de estado por valor de 32.000 pesetas por usar el carril izquierdo de la autovía. ¿Para que hacen las autovías de dos carriles si no se puede utilizar el izquierdo? En fin, más se perdió en Cuba. No quiero que nada me arruine la comida en el hotelito…

Llegamos al hotelito en medio del monte y el menú tiene buena pinta. El precio no tanto: 7.986 pesetas por adulto y 2.000 pesetas por niño, bebida aparte. Bueno, ya que estamos aquí habrá que rascarse el bolsillo. Al menos tiene buena pinta. Por este precio, digo yo, ya podrían haber puesto un parking. Le he dado al gorrila de turno 325 pesetas a cambio de un tiquet que dice algo de «aportación voluntaria». A mi nadie me ha preguntado mi voluntad…

Lo cierto es que no hemos comido mal mi mujer y yo con los dos pequeños, pero no se si para las 20.000 pesetas que me van a soplar (2 x 8.000 + 2 x 2.000). Aquí viene la cuenta… ¡Pero bueno! ¡Si son 26.000! ¿Qué han roto los niños? Ah, no, que son las bebidas. «¿Porqué vale cada botella de agua 1.250 pesetas? ¿Y a mí que me importa si viene de Inglaterra? Y el Martini rojo de mi mujer, ¿lo han traido en el rolls del anuncio desde Roma? ¿Y entonces porqué vale un vaso de vermú 2.500 pesetas? Ah, bueno, que el hielo no es de máquina…»

El día está resultando algo irritante, pero ya nos acercamos a casa y seguro que me mejora el humor. Antes paramos a comprar cuatro cosas. Literalmente, cuatro cosas. Un pan de pueblo ecológico, unas pechugas de pollo de corral, un bote de detergente para la lavadora y un paquete de leche entera. Otras 5.120 pesetas que se me van…

Al fin llegamos a casa y recojo la correspondencia del buzón. Veamos: la factura de Vodafone por los móviles 63.655 pesetas. La factura de Movistar por el fijo de casa 23.827 pesetas. Una oferta del Corte Inglés por si nos apetece comprar una televisión nueva de yo-no-se-cuantas pulgadas por el módico precio de 799.500 pesetas… y el día sin IVA en MediaMarkt. ¡Y yo que pensaba que el IVA era obligatorio! Estoy anticuado.

Que no se me olvide que mañana tengo que ir a pagar las 8.900 pesetas de comunidad mensual por la plaza de parking de 12 metros cuadrados que tenemos.

Querido diario, ¿Cuando nos volvimos imbéciles en esto de admitir que las cosas valgan cualquier precio?