El Efecto Elefante

El Tercer Mundo
El Tercer Mundo

El Efecto Mariposa, aparte de un grupo nacional de pop, es la la parte de la Teoría del Caos que define que incluso el alabeo de una mariposa tiene efectos colaterales a muchos kilómetros de distancia.

El efecto que producen ciertas acciones de la Unión Europea en sus políticas comerciales bien podría entenderse como un Efecto Elefante. Veamos un ejemplo.

La agricultura es un sector en continua necesidad de ayuda. Una parte muy importante del presupuesto de la Unión Europea se destina a subvenciones a la agricultura. El principio es muy básico: Los agricultores en Europa tienen dificultades para competir con los agricultores de los países del tercer mundo y por tanto, no pueden vender sus producciones. Como no pueden vender las producciones con facilidad, requieren ayudas gubernamentales que les permitan bajar los precios de sus productos y de este modo competir con los agricultores de otros países menos desarrollados que cuentan con unos gastos de explotación menores.

Al producirse estas ayudas, los agricultores Europeos venden por debajo de los precios de los países del tercer mundo y, por tanto, estos últimos dejan de vender sus productos. Como es lógico, la demanda no es tan grande para satisfacer toda la oferta.

El Efecto Mariposa en este caso es que al utilizar ayudas a la agricultura en Europa arruinamos, aún más si cabe, a los agricultores del tercer mundo. Dado que las ayudas son tan cuantiosas, el efecto se traduce en lo que he venido a llamar como Efecto Elefante. Es devastador.

El problema es que, mientras ese dinero que se utiliza en ayudas al sector agricultural bien podría invertirse en la reconversión de los sectores y Europa podría obtener los mismos beneficios económicos de otros sectores productivos, los países del tercer mundo no tienen recursos para, ya no digo reconvertir su sector agricultural, sino para crear otros sectores.

Cada vez que compramos un tomate, un pepino o unas uvas que provienen de España o de cualquier otro país de la Unión, estamos contribuyendo directamente a que los países del tercer mundo sigan siendo lo que son. No seré yo quién diga que no se consuman productos Españoles o Europeos, pero si seré quién diga que es una soberana estupidez decir que el Tomate o el Pepino Español sabe mejor que los demás. Entre otras cosas porque el tomate, al igual que la patata y una larga lista de hortalizas provienen de América del mismo modo que el Pepino proviene de la India. En el caso del tomate o la patata, estos no empezaron a cultivarse de manera habitual hasta finales del siglo XV en Europa.

Con esto no vengo más que a subrayar que a lo mejor es importante replantearse el tema de las ayudas y no pensar en un grupo de agricultores locales que tenemos medios para reconvertir, sino en los efectos que estas ayudas tienen en los países que no disponen de los recursos necesarios para crear otros sectores de actividad.