Todavía más mediocres

Logo Financiado por Kickstarter
Logo Financiado por Kickstarter

El otro día escribía un post titulado Mediocres, S.A. acerca del proyecto de ley de fomento de la financiación empresarial que maneja el [des]gobierno. En él denunciaba que el gobierno está trabajando en una ley para volver a atizar a los emprendedores, a los creativos y a los micro empresarios de este país. No contentos con dificultar el acceso a la financiación pública, nuestros mediocres gobernantes se han propuesto acabar con la micro financiación privada. No se acostumbre a ver el logotipo de la izquierda en este país de mediocres…

Lo cierto es que el artículo no ofrecía demasiados datos concretos del impacto que tendrá esta ley, entre otras cosas porque no disponía de los datos cuando lo escribí. Sin embargo, la diosa fortuna ha hecho que esos datos lleguen ellos solitos a mi bandeja de entrada en forma de correo electrónico remitido por Kickstarter, la web de crowdfunfing más grande del mundo. En mi artículo comentaba que en algunas ocasiones he aportado mi granito de arena a algunos proyectos que se han financiado de manera privada siguiendo este modelo y lo he hecho precisamente a través de esta popular web, referente del sector.

Pues bien, quiero compartir los datos que acaba de hacer públicos Kickstarter para que tengamos una idea de como el [des]gobierno quiere regular -más bien atrofiar- un importante motor emergente de la economía en otros países justo cuando empieza a hacerse popular en España. El correo electrónico original con todos los datos en inglés está disponible aquí para quien lo quiera leer.

Desde su creación, Kickstarter ha logrado recaudar más de 1.000 millones de dólares para inversiones en nuevos proyectos. En total, 5,7 millones de personas han invertido en los proyectos anunciados en la popular web. Lo interesante de este dato es que más de la mitad de ese dinero se ha recaudado en los últimos 12 meses, algo que muestra claramente el crecimiento y potencial de este modelo. Creo que esto es precisamente lo que ha hecho que el [des]gobierno pretenda cargárselo. Imagínese, ¡conseguir financiación para su proyecto sin engordar las arcas del Sr. Botín y sin pasar por caja para dar nada a los políticos! ¡Qué osadía!

¿Pero es esto una tendencia mundial o sólo los yanquis hacen esto? Pues mire, los 5,7 millones de personas que hemos invertido en estos proyectos venimos de 224 países y territorios de los 7 continentes. Dice el [des]gobierno, como siempre, que su ley es para proteger al pequeño inversor, claro, claro… Este modelo es tan malo y tan peligroso sin la pertinente regulación que de los 5,7 millones de personas que hemos invertido sin regulación alguna en al menos un proyecto, 1,7 millones, el 30%, hemos repetido experiencia. Cualquier negocio de Internet sufre por tener una tasa de repetición del 5% y estos señores de kickstarter barajan una tasa de repetición superior al 30%. Lo más curioso: casi 16.000 personas han invertido en más de 50 proyectos. Ya podemos hablar de profesionales del crowdfunding.

De los 1.000 millones de dólares recaudados, 619 millones provenían de personas que ya habían invertido en otros proyectos. O sea, el 62% del capital invertido proviene de personas con buenas experiencias previas.

El día que se lanzó Kickstarter, el 18 de Abril de 2009, 40 personas invirtieron 1.084 dólares en 7 proyectos, a una media de 155 dólares por proyecto. El 13 de marzo de 2013, apenas 4 años después, 54.187 personas invirtieron un total de 4.029.586 dólares en 1.985 proyectos distintos, a una media de unos 2.000 dólares por proyecto. Ahí tienen ustedes la progresión de un mercado y un modelo empresarial absolutamente explosivo.

En estos escasos 5 años, esos 1.000 millones de dólares han ido a financiar, entre otras cosas, documentales, juegos de mesa, obras de teatro, miniordenadores Arduino, libros de arte, exhibiciones fotográficas, espacios públicos, plataformas de código abierto, libros de cómic, musicales, lámparas, piscinas, restaurantes, esculturas, camiones de alimentos, cuartetos, vídeos de animales domésticos, carteras finas, películas de terror, libros de poesía, novelas gráficas, videojuegos, satélites, miniaturas, albums de hip-hop y el instituto Marina Abramovic. Esto es sólo una muestra de lo que nos perderemos en España por culpa de los inútiles que tenemos tomando decisiones que malgastan su tiempo y nuestro dinero creando leyes y más leyes, reglas y más reglas, normas y más normas, que solo sirven para empobrecer a los de siempre y enriquecer a los de siempre.

Quiero acabar este post traduciendo el mensaje final de Kickstarter. Es el espíritu emprendedor hecho verbo. Justo lo contrario de lo que promueven los mediocres politicuchos que nos [des]gobiernan:

«Cualquier cosa que tengas en mente, ¡hablemos! 1.000 millones de dólares significa que las personas tienen interés en las nuevas ideas, y que compartiendo las ideas con nuestros amigos, con nuestros familiares y con todo el mundo en Internet, podemos conseguir cosas realmente extraordinarias. Celebramos todas las ideas geniales que ha habido en todo el mundo y todas las que quedan por llegar, agradeciéndoos a todos que seáis como sois. Mil millones de gracias.»

Y ojo, sólo un apunte más: Kickstarter es sólo una de las numerosas plataformas serias de crowdfunding que existen. Si piensan hacer números, hágalos incluyendo a todas.

 

 

Mediocres, S.A.

Sociedad Mediocre
Sociedad Mediocre

Un país con dirigentes mediocres sólo puede generar una sociedad mediocre. Ahí es hacia donde nos dirigimos cogiendo velocidad conforme el tiempo pasa y nuevas leyes, normas y estupideces varias van apareciendo. Este gobierno es mediocre. El anterior también lo fue y sospecho que el próximo también lo será. Y mientras tanto, Botín más rico y usted más pobre. Curiosa coincidencia, ¿verdad?.

Ayer me contaron que el [des]gobierno prepara una «Ley de fomento de la Financiación Empresarial» que entre otras cosas regulará el crowdfunding. Es que no falla: algo empieza a funcionar y llega el gobierno de turno a meter la mano y estropearlo. El crowdfunding surge en Estados Unidos como solución a la financiación privada de proyectos a base de micro aportaciones. De este modo, si uno tiene una buena idea puede explicarla en una web y presentar su plan de negocio y cualquiera que pase por allí puede hacer su aportación para financiar su proyecto. A cambio, se lleva lo que ofrezca el emprendedor.

La idea es sencilla: si no tienes nada más que una buena idea, y quieres ponerla en marcha rápido, convence a los curiosos de que la idea es buena y ellos te la financiarán. Con ello, un emprendedor evitaba, por ejemplo, tener que jugarse su casa para lanzar un proyecto. Si el proyecto no funcionaba, nadie perdía una cantidad copiosa de dinero y por el contrario, si funcionaba, todos contentos. Bueno, bonito y barato. En la cuna del emprendimiento, que es Estados Unidos, este modelo ha funcionado muy bien catapultando algunos proyectos a base de decenas o centenas de miles de inversores, cada uno aportando unos pocos dólares a cambio de un producto o servicio, normalmente interesante y pionero en el mercado. Yo mismo participé hace unos años aportando $85 USD al lanzamiento de este interesante producto en Estados Unidos.

Pues como esto estaba empezando a funcionar en España, el [des]gobierno parece que planea joderlo. La idea es también sencilla: Si esto funciona como Dios manda, se le acaba la posición de abuso a mis amigos los banqueros y no pueden seguir quedándose con las casas de los prójimos, así que vamos a «regularlo» para poner las cosas un poco más difíciles todavía al currito de turno. Y yo traduzco lo que supongo que piensan los políticos: como hemos jodido por completo el acceso a la financiación de los emprendedores y micro-empresarios, y el propio mercado ha encontrado la manera de sobreponerse a estas zancadillas, que nosotros hemos creado con la inestimable ayuda de nuestros amos, los banqueros, tenemos que destruir la salida que han encontrado mediante el crowdfunding y seguir castigando el emprendimiento, las buenas ideas y las ganas de hacer algo.

Entre otras cosas, lo que el [des]gobierno planea es que las plataformas de crowdfunding, que son simplemente unas webs en la que se reúnen emprendedores e inversores en potencia, tengan que registrarse en el Banco de España, en la CNMV, tener un capital social de al menos 50.000€ y/o un seguro de responsabilidad civil de 150.000€. Vamos, que como es de esperar, y como quien no quiere la cosa, el Banco Santander, el BBVA y el Sabadell imagino que se van a convertir -en breve- en las únicas plataformas de crowdfunding legales en España. Una vergüenza -para los que aún tenemos cierto sentido de la vergüenza, claro.

Nuestra mediocre sociedad con sus mediocres cretinos que la gobiernan a la cabeza jamás contará con un Mark Zuckerberg que creó Facebook desde su habitación del internado de la facultad, jamás tendrá un Steve Jobs, que creó Apple desde un garaje Californiano, jamás verá a un Bill Gates que creó Microsoft desde un despachito alquilado en Alburquerque en Nuevo México, jamás permitirá que un Larry Page y un Sergey Brin, estudiantes de doctorado, creen Google… No sigo que me deprimo.

Cuando lo lógico sería analizar la regulación que existe en el país de origen de este modelo empresarial, estudiar los magníficos resultados que allí se consiguen y liderar un proyecto similar en España fomentando la creación de proyectos y la inversión privada, aquí hacemos justamente lo contrario. Obviamos todo aquello que hace que el sistema funcione, creamos unas reglas que dificulten el modelo y jodemos, una vez más, algo que funcionaba.

Creo que se estima que en 2013, se invirtieron en España en modelos de crowdfunding alrededor de 10 millones de euros. A ver cuanto se invierte una vez se apruebe esta ley que, entre otras cosas, limita inversiones máximas por persona en proyecto (3.000€) y al año en general (6.000€). Debemos ser el único país de idiotas que limita las cantidades que la inversión privada puede realizar en proyectos empresariales privados. ¿No es curioso que este gobierno de derechas cercene la libertad de inversión en proyectos privados? De verdad, que es de chiste. Yo propongo cambiar el nombre de este país a Mediocres, S.A., porque supongo que nadie me negará que nos viene como anillo al dedo.

Por encima de la ley

Leo atentamente esta mañana en ABC que el artículo 494 del código penal castiga con cárcel de seis a doce meses o multa de doce a veinticuatro meses a los que promuevan, dirijan o presidan manifestaciones o cualquier otro tipo de reuniones ante el Congreso de los Diputados, del Senado o de una asamblea legislativa de una comunidad autónoma, cuando estén reunidos, alterando su normal funcionamiento.

La deducción lógica que puede sacarse del hecho que la nueva acampada, esta vez frente al Congreso, no acabe con varios imputados sentados ante un juez es que el Congreso no funciona. Es obvio que estaban reunidos frente al Congreso de los Diputados y es innegable que los diputados estaban reunidos dentro, por lo tanto, el único argumento que tiene la fiscalía para no actuar tiene que ser necesariamente que el Congreso de los Diputados no «funcionaba con normalidad» en el momento de producirse la concentración de vagos a sus puertas. Silogismo puro.

Lo cierto es que de un tiempo a esta parte en España se persiguen sólo unos delitos y se hace la vista gorda con otros. Básicamente, la izquierda radical, desde Bildu-ETA a los puercos Indignados, están por encima de la ley.

Resulta indignante para el ciudadano medio ver como se le persigue vorazmente por encenderse un pitillo, pisar un poco el acelerador, o tomarse un Gin Tonic después de comer teniendo en cuenta que el tabaco, los coches de gran cilindrada y el alcohol son todos ellos productos que, además de ser absolutamente legales, comparten una elevada fiscalidad. Por el contrario, resulta frustante comprobar como otra serie de delitos son absolutamente ignorados por el poder judicial.

Esto viene a ser la primera consecuencia de la inexistencia real de la independencia de los poderes legislativos y judiciales. Con la fiscalía y los jueces al servicio de los políticos, el único que puede salir mal parado es el ciudadano de a, pie. Los demás están por encima de la ley.

Pistolas en Casa

Armas
Armas en Casa

Cualquiera que viva en un chalet individual se plantea necesariamente la seguridad de su familia dada la mayor exposición al peligro que este tipo de viviendas conlleva al no estar arropadas por vecinos.

 
Anoche tuve la ocasión de hablar con personas que han vivido dos situaciones legales distintas al respecto en sus dos residencias y me parece interesante exponerlas y que cada uno piense lo que quiera.
 
Cuando estas personas vivían en Massachusetts (estado tradicionalmente Demócrata) estaban sujetos a unas leyes sobre armas que son bastante parecidas a las españolas. Por lo que hablamos, es posible incluso que su legislación sea más restrictiva al respecto que la nuestra. Al igual que en España, y contrario a lo que la gente habitualmente piensa, en Massachusetts no se puede ir a la armeria de la esquina y comprar una pistola. Es necesario estar en posesión de un permiso de armas y, estos permisos, con muy contadas excepciones, no permiten llevar un arma encima cuando se va por la vía pública. Dicho sea de paso, los permisos son difíciles de
conseguir y el proceso muy tedioso y burocrático.
 
Sin embargo, tienen una ley llamada «equal force behaviour act» curiosa que está por encima de la ley de armas. Si por ejemplo un ladrón entra en tu casa y trata de asesinarte con un cuchillo, la defensa propia sólo podrá ejercerse en los mismos o menores términos. O sea, no le puedes pegar un tiro, incluso aunque tengas permiso de armas, salvo que quieras ser condenado por asesinato (quizás sea homicidio, no estoy seguro de como se traducen cada uno de los dos supuestos). Del mismo modo, si te ataca con un bate de baseball no puedes contraatacar con un cuchillo. Esiste una tabla al efecto sobre que es mayor y menor peligro para la integridad física. Esto viene a mostrar que en Boston y alrededores son bastante equilibrados, al menos según nuestro estandar, con el uso de las armas.
 
En Florida, estado tradicionalmente Republicano, sin embargo, el caso es bien distinto, sin llegar a ser lo que muchos de aquí piensan acerca de la facilidad de adquirir y llevar armas de fuego. Allí, si tienes un carnet de conducir del Estado de Florida y dinero en el bolsillo, puedes ir a una armería y comprar un arma de fuego mediante un proceso relativamente sencillo (un par de días o tres) y cumpliendo unos requisitos mínimos lógicos, como no tener antecedentes, no estar psíquicamente impedido (decir loco sería políticamente incorrecto), ser mayor de edad, etc. Sin embargo, existen dos tipos principales de permisos y cada uno con sus matices. El permiso del que he estado hablando y que es relativamente sencillo de obtener es el permiso para comprar y poseer un arma de fuego. El permiso para llevar arma de fuego es bastante más complejo aunque, cierto es, también puede obtenerlo prácticamente cualquiera. Es necesario apuntar que, una vez obtenido, dicho permiso sólo es válido en el estado de su obtención, en nuestro caso Florida. Es doblemente ilegal comprar un arma en Miami y llevarla en la solapa mientras paseamos por Boston. Si nos pillan seremos perseguidos por las justicias de ambos estados.
 
Ahora bien, la diferencia es sustancial en las atribuciones que cada permiso conlleva. El primero permite poseerlas y tenerlas en casa. También se pueden transportar en un vehículo con el fin de llevarlas a otra residencia, pero deberán estar descargadas depositando el arma en la guantera que deberá permanecer cerrada con llave y el cargador y las balas en el habitáculo o el maletero. En cualquier incidente relacionado con un arma de fuego procedente del vehículo se estará a lo establecido en la «regla de tres» que implica tres pasos antes de disparar. El primero es el desbloqueo con la llave del contacto de la guantera. El segundo es la carga de las balas en el arma y el tercero la preparación de la misma antes del disparo (armar el revolver o la pistola). Cualquier disparo que no conlleve esta regla es un delito estatal severamente castigado. Esta regla vino a aprobarse para evitar que cuando uno se olvide de poner el intermitente y alguien se lo recrimine con un pitido o una expresión, digamos, soez, el primero le responda haciéndole un ojo nuevo en la frente. Aparentemente funciona pues no se producen más disparos en discusiones de tráfico que en otros estados menos permisivos.
 
Con respecto al permiso para llevar armas de fuego encima, dichas armas nunca podrán estar a la vista de otras personas y sólo podrán desenfundarse y armarse (pueden estar cargadas pero no armadas) en caso de peligro extremo. Otra regla se aplica en el caso de este permiso. Disparar a cualquier persona por la espalda, incluso si nos está disparando mientras huye, será automáticamente considerado asesinato (o intento en su caso) no aplicándose la enmienda de la defensa personal.
 
A ambos permisos e incluso en Massachusetts se aplica una ley genérica que también es interesante. En el caso de defensa propia (independientemente del tipo de defensa) que se aplique al existir peligro de integridad física de los habitantes de una casa, la acción siempre deberá llevarse a cabo dentro de los límites registrales de la casa. O sea, si me amenazan en la puerta de mi casa con un cuchillo y yo pretendo defenderme con otro, la ley sólo contempla la defensa dentro del territorio propio. Dicho de otro modo, si soy capaz de matar a mi agresor en la puerta, antes de llamar a la policía es mejor meter el cadaver dentro sin que se note demasiado.
 
Una curiosidad: Es obligatorio por ley, antes de llamar a la policía en caso de altercado con arma de fuego, descargar el arma (incluso la bala de la recámara) y poner arma, cargador en su caso, y munición, apropiadamente separados, encima de una mesa visible desde la entrada para cuando llegue la policía.
 
Termino con los fundamentos filosóficos de un estado y otro para defender sus legislaciones y que cada uno piense que sería mejor para nosotros:
 
En Massachusetts piensan que tener una ley restrictiva sobre armas de fuego produce un menor comercio de armas y por tanto reduce el número de armas de fuego en la calle.
 
En Florida piensan que tener una ley restructiva sobre armas de fuego produce que sólo los «malos» tengan armas.
 
Yo, sin ser seguidor del comercio indiscriminado de armas de fuego, doy más peso al planteamiento de las leyes de Florida porque me parece más justo para los «buenos». Por cierto, para los que piensan que en Estados Unidos cualquiera puede tener un arma, hay más estados con planteamientos y leyes similares a Massachusetts que similares a Florida, independientemente de que sean Republicanos o Demócratas.